Bienvenido Sagitario!

Bienvenido Sagitario! Nos encontramos con el último de los tres signos de fuego, Sagitario. Siendo el último signo perteneciente al elemento fuego, expresa esta cualidad fuego de una manera diferente a los signos que lo preceden. Mientras que en Aries se habla de un fuego explosivo, creativo, exuberante, la chispa que enciende, el fuego de Sagitario se dirige al conocimiento, a la comprensión, a la búsqueda del sentido de la vida. Más que la vitalidad del fuego, Sagitario es la ceniza del conocimiento después de que la llama que produce luz y hace visibles las cosas, perteneciente a Leo, se apaga. Sagitario es el signo que más se relaciona con lo invisible. Encontramos muchos Maestros, muchos guías espirituales que pertenecen a este signo.

Entonces nace la exigencia de descubrir y perseguir el objetivo de la vida. Mirar más allá, no detenerse en las cuestiones humanas, sino buscar lo divino. Es el signo de los investigadores espirituales, de los pioneros del alma, de quien quiere elevar su mente y su ser hacia la «mente Superior»; una mente que comprenda el sentido de la vida y que invita al ser Hombre a confrontarse con el ser Dios.

Su glifo es un arquero, mitad hombre, mitad caballo. Su gesto de tender el arco para lanzar la flecha hacia arriba en la búsqueda de lo Divino, se une a la materialidad, a la naturaleza humana y terrestre, a su parte «inferior» de la cual, sin embargo, toma fuerza y estabilidad, de la cual encuentra el estímulo para investigar lo desconocido y la parte de sí mismo, transformándose así en un ser evolucionado. Por eso, muchos sagitarios, son personas que se acercan a la filosofía, a los estudios universitarios, a las religiones, a todos los conocimientos que puedan elevarlo y alejarlo de lo cotidiano. 

Son los viajeros, los de «siete años en el Tíbet», los que buscan en las tradiciones y culturas distintas de la propia, una ampliación del conocimiento.

Si no son verdaderos viajeros, el viaje lo realizan con la mente (superior), a través de la imaginación. Son los profesores, los traductores de idiomas, los escritores. Sagitario pertenece a los últimos cuatro signos con sede en la parte superior del cuerpo (la razón superior, el ser que tiene conciencia de su naturaleza y controla sus instintos) diferenciándose de los primeros cuatro que se conectan con el cerebro vientre, (instintualidad, pasividad, agresividad, egoísmo). Por lo tanto, cualquier cosa que un Sagitario haga en la vida, a cualquier clase social que pertenezca, su estímulo es un acercamiento a Dios, más que al Hombre. Cuando cree haber encontrado el sentido último de la vida, siente la exigencia de devolverlo a la humanidad, convirtiéndose en un Maestro o guía espiritual o un profesor de escuela.

Incluso en las actividades normales de todos los días, quien pertenece a este signo, observa al ser humano muchas veces, en sus debilidades, volviéndose a veces, altivo y crítico de comportamientos vulgares o hipócritas. 

No le gustan las medias tintas. Sin embargo, no significa que sea una característica negativa… a veces pone a la gente frente a la verdad, le da bofetadas con las palabras. Usa esto como una espada. Te hace reflexionar.

Su planeta gobernador es Júpiter, Dios de la abundancia, de la fortuna y de la fe entendida también como confianza. Es el planeta de la expansión, de la superación de las fronteras, de avanzar hacia el infinito y más allá. Los Sagitarios, precisamente por esta cualidad y posición astronómica de Júpiter, son personas expansivas, que confían, son los pioneros, los que siempre tienen ganas de nuevas experiencias. Son divertidos.

Quien nace bajo este signo, tiene como objetivo vital la expansión de la conciencia a través de la adquisición de una experiencia no habitual. Esa expansión es el alma de Sagitario. La disponibilidad hacia formas inusuales de pensar, observando la vida desde un punto de vista diferente, para captar la vida en su totalidad y encontrar su lugar dentro.

Su recurso son sus ideales; Sagitario hace lo que cree correcto, y es el único que puede decidir lo que está bien y lo que está mal, incluso si no todos están de acuerdo con él. Cuando da fruto a su propósito, se convierte en el que sabe indicar a las personas la dirección de la vida y sabe aconsejarlas bien.

Si no vive su propósito de vida, la sombra lo hace indeciso, fijándose en ideales que en vez de crear certezas, producen daños.

El exceso de optimismo, un escaso sentido de la realidad, produce una vida más allá de las fronteras, llena de excesos, apresurándose en hacer las cosas. Especialmente en las relaciones humanas, la confianza excesiva puede crear problemas notables, como el de «casarse rápido, y toda una vida para arrepentirse». El otro aspecto sombrío es el drástico juicio hacia las personas comunes, que son consideradas como seres inferiores y, por tanto, despreciadas, burladas y juzgadas. 

Son los altos prelados, los máximos cargos eclesiásticos, los jueces de los tribunales civiles y penales. Todos los personajes que creen en ideales superiores, a veces casi en contraste con la realidad; precisamente el sentido de la realidad que Sagitario corre el riesgo de perder.

 

Foto: Pinterest

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