Hay un movimiento astrológico interesante que acaba de comenzar y me gustaría ilustrar sus rasgos, porque vamos a sentir tanto el efecto en el próximo período, sobre todo coincidiendo con las Lunas de enero y febrero. Se trata del tránsito de Marte al lento y pacífico signo de Tauro. Marte representa la voluntad, la determinación, el deseo, el impulso para ir por la vida. Es una energía ardiente que no pide sino impone. Es la frecuencia de la fuerza masculina del puro instinto de supervivencia, es la sexualidad disruptiva de total fisicalidad que no conoce contención.
Ha sometido al colectivo a dura prueba durante la segunda mitad de 2020, cuando viajó en Aries, signo de fuego, su dominio, de junio hasta el 06 de enero. Un largo tránsito inquieto, lo hemos visto todos, tantos conflictos, deseos de ir más lejos, imposibilidad de hacerlo. Ahora acaba de entrar en Tauro, signo de tierra, y debería frenar el bullicio de una existencia pasada navegando a la vista. Excepto que estará unido a Urano, símbolo de la electricidad, y a la Luna Negra, el punto de ceguera total con el que la mente humana se enfrenta.
Del 07 de enero al 04 de marzo danzaremos dentro de nuestros corazones. Pero nos hará mucho bien saber quiénes somos, qué escondemos por vergüenza y miedo, dónde reside nuestra fuerza. Urano está haciendo saltar los límites de la seguridad desde 2018, porque es símbolo de cambio fuerte y repentino. El famoso salto al vacío. Urano como principio astrológico trae lo nuevo, pero lo hace a su manera y si nuestra conciencia sigue dormitando, no es muy sutil y arranca abruptamente los velos que seguimos queriendo interponer entre nosotros y la realidad.
La Luna Negra es la sombra de la Luna y como tal crea en nuestra conciencia una distorsión, que nos remite a una visión de victimismo y soledad, rabia y sentido de exclusión. Este principio representa a la mujer herida en general, testimonia la necesidad de aceptar nuestra parte frágil disfrazada de agresividad, y merece ser valorada como rabia sana gracias a la cual conoce sus propios límites.
Esta triple conjunción tendrá efectos muy fuertes durante el tiempo en que estará activa. La dificultad que se percibe es la de poder permanecer en el propio lugar, si esto es incómodo. La verdad se nos echa en la cara para que pueda verse, y los compromisos serán muy difíciles.
Es hora de darse cuenta de lo infeliz que se es, si ese es el caso, y aceptar la evidencia. Pero no sólo. Las máscaras son arrancadas de una manera fuerte, y esto será un efecto de las próximas Lunas, en las que Marte será un gran protagonista con cuadraturas que crearán muchas tensiones en el corazón. Siempre nos hemos consolado con tantas distracciones, ahora es tiempo de mirar la verdad. Estamos atravesando un período de enormes destrucciones: el 2020 ha sido un año de continuos pasos dentro de muy largos túneles. El 2021 continúa por este camino si no nos sentimos lo suficientemente valientes para dejarnos en manos del Divino interior.
Estos primeros meses nos llevarán donde nos esperan, aunque el ritmo puede ser más lento. El corazón está cansado, es hora de seguirle la corriente: todo lo que suceda será proporcional a la dureza de la capa de hielo detrás de la cual lo hemos escondido. ¡No hay tiempo, el corazón pide libertad! Así que sin desesperarnos, sigamos cuidando de nosotros mismos, mirémonos como si nos miráramos con los ojos de otro, tratando de ser sinceros.
Compartamos las oportunidades que la Existencia trae para navegar en favor del viento, en lugar de tratar de flotar con esfuerzo.
Ahora es el momento de poner en práctica todo lo que siempre hemos dicho y declarado como una nueva posibilidad. Tuvimos suficiente tiempo para aprender la técnica y la teoría.
Es momento del salto.
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