Este año lleno de expectativas de reinicio, se sentirá en dos etapas… la primera comienza en estos días. El Sol se une a Saturno y Júpiter, que están canalizando la nueva frecuencia sobre la Tierra. La nueva frecuencia tiene muchos nombres: telepatía, libertad, expansión, fraternidad, igualdad, prosperidad, creatividad.
Pero sabemos como funciona la creación aquí en la tercera dimensión. Las potencialidades son enormes, pero deben activarse mediante la opción voluntaria. Si no se hace una elección precisa, nada se activa. Las cosas suceden, pero en la práctica nada se mueve.
El Sol, estrella de nuestro sistema, dador de vida, viene a acelerar la elección, para que todo vaya como debe ir.
Desde ahora hasta el 19 de febrero, nos pondrá delante de eventos que exigirán un despliegue, para que podamos preguntarnos qué vale la pena mantener activo en nuestras vidas, y qué se puede dejar ir, porque se le acabó el tiempo. ¿De qué lado estás? El compromiso no tendrá fuerza, las tensiones serán probablemente demasiado fuertes, y sobre todo la voluntad ya no tiene ganas de doblegarse bajo el peso de la conveniencia y de la complacencia.
De aquí en adelante entramos en una especie de tamiz, una enésima purificación en la que las mallas del filtro son cada vez más estrechas.
Lo que crea tensión desde un punto de vista astrológico es la conjunción Marte-Urano-Lilith en Tauro. Desestabilización y desestructuración. Esto no significa que nuestra vida caiga en el caos, sino que requiere extrema maleabilidad e inteligencia.
Al nuevo hay que hacer lugar, inútil tratar de apegarse aún a algo que está muriendo. Elijamos ir donde fluye la vida. La entrada del Sol en Acuario ilumina todo esto.
La segunda etapa importante comienza a finales de abril cuando el Sol entra en Tauro, uniéndose a los tres arquetipos nombrados arriba. Probablemente sea entonces cuando la verdadera revolución puede ocurrir. O mejor dicho, sólo a partir de ese momento, muchos tendrán la fuerza para llevar adelante su propia revolución. Hasta entonces, es útil soltar, dejar las cargas atrás, los viejos sí mismos encapsulados que aún nos persiguen con sus lazos mentales, deben encontrar paz en nuestro corazón y en la aceptación de su existencia. El pasado ha sido y debe ser respetado. Pero no somos sólo eso.
Todos estos aspectos tensos de principios de año sirven a cada uno de nosotros para una excavación ulterior dentro del alma. ¿Estamos vivos, lo recordamos? ¿Qué significa para nosotros? ¿Dónde dejamos nuestra llama? ¿Bajo cuántas capas de miedo la enterramos? ¿Cuánto miedo todavía nos atrapa en el no puedo?
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