Este eclipse pasado es de decisiones y revoluciones.
Y nos pondrá ante una encrucijada incómoda: entre felicidad y seguridad.
Jung sostenía que la causa de gran parte de la desgracia humana se basa en la incapacidad de sacrificar la segunda para abrazar la primera y como está congénitamente programado para evitar convertirse en lo que es auténticamente, en favor de las vestiduras e identidades impuestas desde el exterior…familia, sociedad, expectativas propias y de otros y necesidades.
Alias miedos.
Enraizadas en nosotros mismos y en el clan familiar elegido para encarnar. A menudo todos nosotros nos convertimos en teatro de seculares espasmos familiares sin siquiera tener conciencia, los llevamos adelante como dogmas porque no estamos acostumbrados a cuestionarlos, porque nadie lo ha hecho antes.
Porque escapan a los ojos de nuestra conciencia, como nos sugiere el eclipse.
Que es oscuridad y simbólicamente falta de conciencia para nosotros los humanos.
Y, en efecto, donde reina el miedo falta el amor.
Y donde falta el amor faltan esperanza, confianza, claridad. Todo parece confuso e incomprensible ahora.
Y el Cielo actual, en cambio, pone un claro énfasis en los aspectos materiales de la existencia a nivel colectivo. El trabajo, el dinero, el sentirse confirmados y apoyados en los aspectos más materiales de la existencia, el sentirse seguros. Porque este es el territorio arquetípico de Tauro.
Y Urano allí, exige que la concepción con la que generaciones de seres humanos en nuestro plano han adquirido alimentos y vidas cambie radicalmente, porque ha costado demasiado dolor, y el dolor no tiene nada que ver con nuestra verdadera naturaleza, que es Espíritu y poder, a lo sumo puede representar una una palanca evolutiva que acciona nuestros despertar.
No puede resolver cada día de una vida y no debe. ¿Y cuánto sufrimiento se une a lo que hacemos para vivir? ¿Cuánto nos pesa? ¿Cuántos están atrapados en trabajos y profesiones que nunca han estado en línea con su irrepetible música interior? ¿Cuántos responden sólo al miedo de no tener suficiente yendo a trabajar todos los días? ¿Cuánto dolor lleva la cuestión de vivir todos los días en este planeta?
Las fuerzas cósmicas no son enemigas, sino que representan energías evolutivas. Ha llegado el momento del cambio de ciertos paradigmas.
El mundo que vendrá y del que somos pioneros es un mundo de autenticidad.
No podrá existir en el corazón de la Era del Acuario, en la que ya transitamos desde hace décadas, una profesión que cueste dolor y sentimiento de frustración al hombre.
Por eso todo está vacilando, por eso no debería ser detenido.
Por eso se trata de una oportunidad enorme.
Por eso habría que abandonar y dejar que todo caiga, que todo se desmorone, que Hades, señor de la oscuridad, consuma en su mundo de tinieblas lo que debe irse.
No se queden en los esquemas materiales de sus padres.
No se dejen ganar por la idea de que sin lo que hacen para vivir ahora no habrá solución.
La solución está siempre y para verla se necesita el valor de pensar que las cosas pueden tomar una dirección que no vemos y sobre la que no tenemos control.
El control es miedo.
El miedo niega el Amor.
El Amor es todo lo que el hombre necesita para vivir.
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